Carlos Chiclana | 03 de agosto de 2021
Los deportistas están sometidos a mucho estrés. Ni es nuevo ni es un tabú, ni son víctimas, sino unos privilegiados que se dedican a lo que les gusta.
Los deportistas están sometidos a mucho estrés. Ni es nuevo ni es un tabú, ni son víctimas, sino unos privilegiados que se dedican a lo que les gusta. Es cierto que han de responder a la propia exigencia personal, al trabajo invertido durante muchísimas horas, a las expectativas puestas en ellos, al miedo a las lesiones, al trato recibido por parte de la prensa y la opinión pública, a la proyección que muchos hacen sobre su éxito o fracaso como si fuera el suyo, o al desplazamiento de las emociones de otros en su trabajo. Suelen ser personas jóvenes y con menos experiencia de vida para abordarlo. Gajes del oficio de deportista de élite.
¿Se puede quejar un bombero de la presión que supone exponerse al fuego y al peligro? ¿Se puede quejar un deportista del estrés al que está sometido? ¿No deberían entrenarse ambos para afrontar el estrés de su profesión?
«Tenemos que proteger nuestro cuerpo y nuestra mente, y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos», dice Simone Biles, quien con su Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad a cuestas y sus malas experiencias vitales, se ha subido al podio para recibir la medalla de oro en defensa de la salud mental de los deportistas.
Algo que no consiguió la tenista Osaka masacrada por no cumplir su compromiso con la prensa en Roland Garros: «He pensado muchas veces que la gente no tiene consideración con nuestra salud mental. He visto muchos vídeos de deportistas viniéndose abajo en una sala de prensa tras perder un partido, algo que también me ha pasado a mí». El pueblo quiere más, drama, épica, victoria. Los humanos queremos dioses, pero los dioses también se estresan y a veces caen, como Edurne Pasabán, en la depresión, o Michael Phelps en la ansiedad.
Los estudios en deportistas de alto rendimiento indican que presentan una buena salud psicológica, con un alto potencial de equilibrio, alta autoconciencia corporal y psíquica, mayor dominio de las relaciones interpersonales, del bienestar, la salud y de la conciencia de sí mismo, mayor capacidad de adaptación, alta valoración de la convivencia con la naturaleza, mejor estima y menor presencia de patologías de salud mental respecto a sus iguales no deportistas.
Así que de nuevo pueden servirte de modelo para aprender algunas estrategias para tu desempeño profesional.
Puede ser el desgaste, la tensión mantenida, el poco reconocimiento, el cansancio, el estado de alerta, la atención continua a personas, la monotonía. Detéctalos y acéptalos. Los deportistas los conocen y se enfrentan a ellos.
Estos riesgos no son la excusa para una mala salud mental, sino el motivo para cuidarse, ponerles antídoto y salir fortalecido de cada jornada porque atiendes tus necesidades reales y te responsabilizas.
Prioriza. Elige las metas a las que quieres llegar, objetivos personales, con equilibrio y sentido de la realidad y de quién eres. Elegir unas supone renunciar a otras, como han mostrado deportistas de la talla de Nadal y Federer.
«Fue fundamental para mi carrera pedir ayuda», decía Rudy Fernández. Seguramente tienes alguien al lado que puede comprenderte cuando el estrés, el bajón o el enganche a algo invade tu vida. En este año 2021 desde la ONG Necesito Terapia hemos impartido cursos de primeros auxilios en salud mental para que los profesionales de cada empresa puedan acudir a otros compañeros lo antes posible.
Al igual que los deportistas disponen de psicólogos deportivos para ser más fuertes emocionalmente, tú también puedes entrenarte para tu competición diaria, según tu personalidad y el estrés propio de tu tarea. Puedes promover un curso específico en tu empresa.
Comunica tus fortalezas, tus tiempos y no dejes que proyecten en ti su culpa, frustraciones o necesidades. Pon límites, conoce bien tus responsabilidades y no te cargues con lo que no te corresponde.
Los deportistas que han levantado la mano por problemas de salud mental responden en primera persona, sin echar balones fuera. Haz tú lo mismo: cuídate, pon los medios, pide ayuda. Es tu vida, custódiala.
Biles lleva un tatuaje en la clavícula “Y aun así, me levanto”. La fortaleza y la valentía es para los que somos débiles y vulnerables. Bienvenido a la raza humana, es normal tener dificultades en salud mental.
Si Biles se ha podido echar a un lado es porque había un equipo que podía continuar. Trátalo bien, apórtales optimismo, genera unidad.
Cuando entregué este artículo sólo había puesto nueve puntos, pero el redactor jefe me dijo que quedaría más redondo si eran diez. En general, haz caso al jefe, pero no te obsesiones con la perfección, solo es accesible para los atletas olímpicos y para los periodistas.
Tengo esa edad en la que ya sé a ciencia cierta que no ganaré un oro olímpico jamás. Aunque todavía, calculo ahora que por fin tengo un bigote bien formado, estoy a tiempo de ser El Zorro.
Un profesor reconocido por sus métodos innovadores y por compartirlos a través de su canal Unicoos en YouTube.